Aunque la infertilidad masculina está involucrada en al menos la mitad de los casos en México, aún persiste la idea de que “el problema es de la mujer”, señala la doctora Lourdes Flores, especialista en ginecología y obstetricia. Esta percepción equivocada, arraigada en estereotipos de género y en la falta de información, provoca que miles de hombres retrasen tanto el diagnóstico como el tratamiento adecuados. La experta subraya que la infertilidad es un tema médico que afecta por igual a hombres y mujeres, por lo que debe abordarse desde una perspectiva compartida, libre de culpas y prejuicios.
Flores Islas recordó que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 17.5% de la población adulta en el mundo presenta algún grado de infertilidad y en al menos la mitad de los casos existe un componente masculino. A pesar de ello, muchos hombres evitan buscar atención médica debido a estigmas sociales, presión cultural y falta de información. “En nuestra cultura persiste la idea de que la fertilidad define la masculinidad”, advirtió, lo que lleva a que numerosos varones eviten estudios y mantengan en silencio un problema que podría resolverse si se detectara a tiempo.
La especialista explicó que uno de los mitos más frecuentes es creer que la capacidad de eyacular garantiza la fertilidad, cuando la presencia de semen no asegura que existan espermatozoides suficientes ni con la calidad necesaria. También es falso suponer que haber tenido hijos en el pasado descarta futuros problemas. La directora médica de Red Crea Fertilidad añadió que infecciones, obesidad, estrés, varicocele o exposición a sustancias tóxicas pueden alterar la fertilidad con el tiempo, además de que la calidad espermática disminuye conforme avanza la edad.
El espermatograma es el estudio clave para evaluar la fertilidad masculina, pues analiza concentración, morfología y movilidad de los espermatozoides. Flores Islas advirtió que cuando el diagnóstico se centra únicamente en la mujer, se retrasan las verdaderas causas y se generan frustración y tratamientos innecesarios. Mientras los mitos sobre la fertilidad masculina persistan, miles de hombres seguirán sin diagnóstico ni atención. “Ser padre también significa cuidar la salud reproductiva. Hablar de estos temas con libertad es fundamental para construir una familia”, concluyó.
