Una potente explosión en una planta de tratamiento de residuos sorprendió el pasado domingo a la ciudad de Sídney, Australia, generando un incendio industrial de gran escala en la zona de Chipping Norton. El estallido creó una enorme bola de fuego que alcanzó más de 150 metros de altura y fue visible desde distintas partes de la ciudad, lo que activó de inmediato las alarmas de emergencia.
Las autoridades clasificaron el siniestro como una emergencia de nivel 3, el máximo en este tipo de incidentes en Nueva Gales del Sur. Para controlar las llamas, más de 150 bomberos y alrededor de 30 vehículos especializados fueron desplegados y trabajaron durante horas para evitar que el fuego alcanzara otras instalaciones cercanas.
El denso humo generado por el incendio se desplazó hacia zonas habitadas, por lo que se pidió a los residentes permanecer en sus casas, cerrar puertas y ventanas y evitar exponerse al aire contaminado. A pesar de la magnitud del estallido y del alcance de las llamas, las autoridades confirmaron que no hubo personas heridas y que los bomberos lograron contener el fuego antes de que se propagara a otros edificios.
Con el incendio ya estabilizado, comenzó una investigación para determinar el origen de la explosión. Este incidente vuelve a poner sobre la mesa la importancia de reforzar las medidas de seguridad en instalaciones donde se manejan materiales peligrosos, a fin de prevenir emergencias de este tipo en el futuro.
