En el mundo de las telenovelas mexicanas —donde el drama, la pasión y las lágrimas han dado forma a generaciones enteras— hay noticias que conectan con nostalgia, con emoción… y con promesas. Hoy, regresamos nuestra mirada a una figura que dejó huella desde la década de los ochenta. Señoras y señores: ¡ella vuelve!
Tras una ausencia de casi cuatro años de los foros televisivos —desde su más reciente actuación en la segunda parte de Corona de Lágrimas (2022) —, Victoria Ruffo ha confirmado su esperadísimo regreso a las telenovelas.
Con energías renovadas y una trayectoria que abarca más de cuatro décadas, la actriz se prepara para volver a brillar en la pantalla chica, de la mano del reconocido productor José Alberto ‘El Güero’ Castro.
Sí, yo creo que sí volveré a las telenovelas. Ya hay un proyecto importante, interesante, para el año que entra en televisión», declaró la protagonista ante la prensa.
Y aunque aún no se conocen los detalles —ni título, ni elenco completo, ni fecha exacta de estreno— el anuncio ha desatado una oleada de emoción entre sus seguidores. Muchos recuerdan con cariño los papeles que la consagraron como “la reina del melodrama”, y no dudan en celebrarla: un retorno que promete revivir viejas glorias.
Pero este regreso no es casual. Ruffo misma aclaró que —para ella— el papel debe ser digno de su trayectoria. Busca buenos guiones, buen reparto, producción de calidad y, sobre todo, un personaje con profundidad.
Recordemos un poco su historia: Desde sus inicios en los años ochenta, Victoria Ruffo construyó personajes inolvidables — mujeres fuertes, apasionadas, vulnerables. Historias que marcaron a una generación. Producciones como Simplemente María, La Madrastra, La Malquerida, entre muchas otras, la convirtieron en referente absoluto del melodrama latinoamericano.
Y ahora, en 2026, con miras al futuro, su nombre resuena con fuerza de nuevo: más madura, más experimentada, pero con esa misma sensibilidad que le permite llegar al corazón del público.
Para sus fans, este regreso significa reencuentro; para la televisión, la posibilidad de revivir magia; para ella, una oportunidad de reconectar con sus raíces dramáticas.
Así que lo decimos con emoción: pendientes —porque muy pronto podría comenzar un nuevo capítulo… y quién sabe — quizá más inolvidable que muchos anteriores.
