La presencia de hormigas en la cocina es un problema frecuente, pero no siempre es necesario recurrir a insecticidas para mantenerlas alejadas. Una alternativa natural, económica y segura para toda la familia es el uso de cáscaras de naranja, cuyo olor cítrico actúa como repelente sin generar riesgos para niños o mascotas.
Cómo utilizar la cáscara de naranja para evitar que entren hormigas
El método es sencillo y puede aplicarse en cualquier área donde aparezcan estos insectos:
Corta la cáscara en pedazos pequeños. Utiliza cáscaras frescas para que el aroma sea más intenso.
Colócalas en zonas de acceso. Pon los trozos en bordes de mesadas, esquinas, grietas, alacenas o ventanas.
Añade ralladura si es necesario. La ralladura aumenta la concentración del aroma y mejora el efecto.
Renueva cada par de días. Cuando la cáscara se seca pierde olor, así que conviene sustituirla con frecuencia.
Aunque este truco ayuda a mantenerlas alejadas, es importante acompañarlo con una buena limpieza: retirar restos de comida, migas y cualquier fuente que pueda atraerlas.
Otra opción natural: jabón de tocador para mantenerlas fuera
Además de los cítricos, el olor del jabón también funciona como repelente. Este método es igual de seguro y muy fácil de aplicar:
Ralla o corta un jabón de tocador. Puedes usar uno nuevo o restos que tengas guardados.
Distribúyelo en las zonas problemáticas. Funciona bien en grietas, alacenas, marcos de puertas, ventanas o rincones del baño.
Cámbialo periódicamente. Con el tiempo, la humedad reduce su aroma y conviene reemplazarlo.
El uso constante de este tipo de soluciones no tóxicas ayuda a evitar que las hormigas se instalen en espacios donde se preparan alimentos, sin necesidad de recurrir a químicos fuertes.
