Un nuevo análisis genético ha revelado que la mayoría de los perros actuales conservan ADN de lobo, y no únicamente como vestigio de su domesticación ocurrida hace unos 20,000 años, sino debido a cruces más recientes entre perros domesticados y lobos salvajes.
Los investigadores señalan que este intercambio genético ocurrió en los últimos miles de años, lo que indica que las interacciones entre ambos grupos fueron más comunes de lo que se pensaba. Sorprendentemente, incluso razas pequeñas como los chihuahuas presentan trazas de este ADN de lobo moderno.
El hallazgo ofrece nuevas pistas sobre la evolución de los perros y su relación con los ecosistemas donde compartieron territorio con lobos, ayudando a comprender mejor la diversidad genética y comportamental de las razas actuales.