Hoy despedimos una leyenda de la ciencia ficción: Stranger Things, la serie que nos transportó al Hawkins de los 80, se prepara para cerrar su historia con una temporada final que promete ser épica… y muy emotiva.
Desde su estreno en 2016, los hermanos Duffer acompañaron a un grupo de amigos que enfrentaron al Upside Down, a criaturas aterradoras, secretos de laboratorio… y sobre todo, al poder de la amistad.
En esta última entrega, la sinopsis oficial habla de “grietas que dividen la ciudad” y de un tiempo que se desmorona, confirmando una teoría que los fans han manejado por años: la manipulación del tiempo podría ser clave para desenmascarar la amenaza definitiva.
Además, el salto temporal nos lleva al Hawkins de siempre… pero cambiado. El pueblo vive bajo cuarentena militar tras la destrucción causada por el portal. Mientras tanto, Eleven, Mike, Will y el resto deben unirse para enfrentar a Vecna, quien regresa más poderoso y vengativo que nunca.
Y no será una despedida precipitada: los creadores prometen un cierre redondo. Según los Duffer, “se resolverá todo”: el origen del Upside Down, Vecna, el Azotamentes… cada hilo narrativo tendrá su cierre. Habrá incluso un epílogo de media hora, para ver el destino final de los sobrevivientes.
El elenco regresa casi al completo. Ya no son esos niños de la primera temporada; han crecido junto con la serie. Pero la emoción, aseguran, es tan pura como al inicio.
A esto se suma un fichaje potente: Linda Hamilton, conocida por su papel como Sarah Connor en Terminator. En esta última temporada interpreta a una científica fuerte, con una presencia imponente.
Por si fuera poco, los showrunners revelan que siempre han tenido claro cómo terminar: desde hace seis o siete años sabían cuál sería la escena final. Un cierre planeado, sentido… casi como una carta de amor a su propia creación y a la audiencia que los siguió desde el primer minuto.
Para muchos fans, Hawkins no es solo un pueblo ficticio: ha sido casa, ha sido mundo. Y ahora, en esta etapa definitiva, se convertirá en el escenario de un adiós legendario.