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La UNAM llega a la Antártida: México lanza su primera misión científica al continente más frío del planeta

Por primera vez en la historia, México tendrá presencia científica en la Antártida. Este sábado 22 de noviembre, la UNAM enviará a un equipo de cuatro especialistas a la península antártica para inaugurar la Primera Campaña Científica Antártica Mexicana (CAMEX 1), un paso histórico que marca el inicio de las ciencias polares en el país.

Aunque esté cubierta de hielo casi por completo, la Antártida es el gran regulador del clima mundial y una de las regiones que más rápido se calienta. Su hielo guarda burbujas de aire que funcionan como cápsulas del tiempo: contienen información atmosférica de hasta 800 mil años, crucial para entender la evolución del CO₂, el metano y las temperaturas del planeta.

El equipo está formado por Rafael López Martínez y Daisy Valera Fernández (Instituto de Geología), y Elsa Arellano Torres y Laura Almaraz Ruiz (Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra). Sus investigaciones abarcan:

1.- Geología y paleoclima: reconstruir cómo se conectaban los antiguos océanos Tetis y Pacífico hace 145 millones de años y cómo era la dinámica oceánica en los periodos Jurásico y Cretácico.
2.- Microbios extremos y ecosistemas polares: explorar formas de vida que sobreviven en condiciones casi imposibles.
3.- Sedimentos marinos: extraer lodo del fondo del océano para reconstruir miles de años de historia climática y detectar señales del impacto humano reciente.
4.- Mineralogía, suelos y paleosuelos: estudiar cómo ha cambiado el paisaje antártico a lo largo del tiempo.

La expedición trabajará en la Estación Antártica Akademik Vernadsky de Ucrania y en el rompehielos Noosfera, gracias a un acuerdo firmado entre México y el Centro Nacional Antártico de Ucrania.

Los científicos señalan que el derretimiento acelerado de hielo antártico altera la circulación del Atlántico (AMOC), un sistema de corrientes que influye directamente en el clima del hemisferio norte. Su debilitamiento puede intensificar huracanes, modificar patrones de lluvia y elevar el nivel del mar.

Y sí: México también siente estos efectos. El aumento del nivel del mar amenaza ciudades costeras como Cancún, Veracruz y Mazatlán, mientras que los cambios en la temperatura del océano afectan la pesca de sardina, atún y camarón.

El krill antártico, un minúsculo crustáceo fundamental para la cadena alimentaria, sostiene poblaciones de peces y ballenas que migran incluso hacia los océanos del norte. Si este ecosistema se desestabiliza, también lo hace la pesca de la que dependen muchas comunidades mexicanas.

Patricia Valdespino Castillo, de la ENCiT, adelantó que ella encabezará la segunda expedición universitaria en 2026, un paso más en la consolidación de la ciencia polar mexicana.