Belinda vivió una noche especial al recibir el reconocimiento como “Mujer del Año”, pero lo que realmente dio de qué hablar fue la fuerza y humildad de su discurso. Lejos de enfocarse en su trayectoria, tomó el escenario para dedicar el premio a las mujeres que no siempre aparecen en cámaras: aquellas que trabajan, crían, luchan y se levantan cada día sin aplausos. Conmovida, señaló que el mérito también es de quienes sostienen hogares, carreras y sueños en silencio.
Durante su mensaje, Belinda reflexionó sobre cómo la sociedad acostumbra a celebrar solo a las figuras públicas, ignorando a las mujeres que sostienen al país con esfuerzo. Subrayó que esas historias anónimas son las que realmente inspiran, porque enseñan a resistir y a no rendirse incluso cuando las circunstancias no son favorables. Su llamado fue claro: reconocer la fuerza femenina más allá del escenario y los reflectores.
Antes de terminar, dedicó unas palabras a Cazzu, quien también asistió a la gala. Su saludo cordial —comentado ampliamente en redes— terminó por mandar un mensaje de sororidad, dejando atrás rumores y mostrando que dos mujeres brillantes pueden compartir el mismo espacio sin rivalidades. Para Belinda, ese encuentro fue otra forma de demostrar que cuando las mujeres se apoyan, todas ganan.
