El Casino Vegas, ubicado en Tapachula, cerró inesperadamente sus puertas, dejando a más de 170 trabajadores en una situación de incertidumbre laboral.
Los empleados fueron notificados del cierre de manera abrupta, sin previo aviso, lo que generó inquietud sobre el futuro de sus derechos laborales.
Los directivos del casino argumentaron que la clausura se debe a una remodelación, a pesar de que el establecimiento fue inaugurado hace apenas cuatro años; sin embargo, los trabajadores informaron que la situación es mucho más compleja, pues les ofrecieron una liquidación del 45% de sus derechos laborales, y quienes acepten podrán volver en una posible reapertura, pero con una nueva razón social, lo que implica la pérdida de sus derechos por antigüedad.
Desde el cierre, los empleados han observado cómo la gerencia comenzó a retirar parte del mobiliario del casino, aumentando la desconfianza entre el personal, que se ha presentado a trabajar sin poder ingresar a las instalaciones durante los últimos días.
Ante la falta de respuestas claras por parte de la dirección, los trabajadores acudieron a la Junta de Conciliación y Arbitraje, donde tampoco recibieron información satisfactoria.
Los empleados manifestaron que en ningún momento han solicitado aumentos salariales o más prestaciones, su única demanda es que se les pague lo justo por su labor.
La situación se complica aún más al considerar que el casino ha sido escenario de tres hechos violentos en los últimos años, incluyendo agresiones con arma de fuego y víctimas fatales. Sin embargo, la gerencia no informa si este cierre está relacionado con el hostigamiento de la delincuencia organizada.
Además, se menciona la posibilidad de que el Casino Vegas sea investigado por la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda por presunto lavado de dinero, como lo hace con 13 establecimientos del giro en varios estados con operaciones sospechosas y ligadas al crimen organizado.