Especialistas en atención a personas mayores destacan que mantenerse activo físicamente puede reducir de forma importante el riesgo de desarrollar Alzheimer. Al mejorar la salud cardiovascular y emocional, el ejercicio contribuye a proteger diversas funciones cerebrales que se ven afectadas con el paso del tiempo.
La especialista en geriatría explicó que existen numerosos factores modificables que disminuyen la probabilidad de demencia, como evitar el cigarro, reducir la exposición a contaminación y prevenir golpes en la cabeza, especialmente en deportes de contacto. También influye atender problemas auditivos, visuales y combatir el aislamiento social.
Se emplean medicamentos para controlar síntomas y se complementan con terapias orientadas a preservar la independencia y favorecer el bienestar diario.
El acompañamiento también incluye orientación para quienes cuidan al paciente, con información práctica que permite organizar rutinas, reducir riesgos y sostener un entorno estable y seguro.