Una noticia que sacude el mundo del regional mexicano: Gerardo Ortiz, famoso por sus corridos, ha sido sentenciado en Estados Unidos. No irá a prisión, pero deberá enfrentar tres años de libertad condicional.
En marzo pasado, Ortiz se declaró culpable de tener vínculos con el narcotráfico, al admitir que participó en transacciones con una entidad vinculada al crimen organizado y en conciertos organizados por promotores relacionados con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Pero ¿cómo evitó la cárcel? Según su defensa, la clave fue su colaboración con el FBI. Ortiz se convirtió en testigo en el juicio contra su exproductor, Ángel del Villar, quien fue declarado culpable por hacer negocios con el narco.
Durante una audiencia, la jueza Maame Ewusi Frimpong dictó la condena: tres años bajo libertad condicional. Además, Ortiz había pagado una fianza de aproximadamente 10 mil dólares para seguir el proceso en libertad.
Su abogado, Mark Werksman, advirtió además que su cliente podría estar en riesgo personal si regresa a México, debido a la naturaleza de las personas involucradas. En la corte, Ortiz expresó arrepentimiento, se disculpó por sus errores y pidió una segunda oportunidad para seguir con su música y estar con su familia.
En su testimonio, Ortiz aseguró que muchos de los shows que dio para ese promotor vinculado con el CJNG fueron bajo presión. Además, su participación fue parte importante para desmantelar la red de negocios ilegales gestionada por Del Villar y sus colaboradores.
Ahora, tras este fallo, Ortiz tendrá que demostrar que cumplirá con los términos de su libertad condicional, mientras carga con la sombra mediática y legal de este escándalo. ¿Cómo afectará esto su carrera? ¿Podrá volver a los escenarios con normalidad?
