Con casi 70 años de edad, Martha Eugenia Montero Álvarez se ha convertido en un rostro conocido en las cercanías del lado Oriente de la capital chiapaneca, donde cada día ofrece a la comunidad sus tradicionales bolovanes. Aunque asegura que no tiene necesidad económica de salir a las calles, ya que refiere que continúa trabajando porque la hace sentirse útil y activa.
Además de vender bolovanes, Marta no duda en aceptar otras tareas, como lavar coches o realizar trabajos de jardinería, labores que toma no por obligación sino porque disfruta mantenerse ocupada. Tras la pérdida de sus padres, encontró en su hermano, su cuñada y sus sobrinas un sólido apoyo familiar.
Martha, considera que mantenerse activa es fundamental para la salud física y emocional. Para ella, buscar una ocupación, por pequeña que sea, es clave para conservar el bienestar: “Mientras Dios me deje caminar, voy a seguir adelante”.
Con una clientela fiel y el cariño de quienes transitan por la zona, Martha continúa ofreciendo volovanes de distintos sabores. Para quienes deseen apoyarla o simplemente disfrutar de su producto, ella asegura estar “a las órdenes de todos”, siempre con una sonrisa y la energía que la caracteriza.
