Guatemala cerró su participación en las Eliminatorias de la Concacaf con una victoria 3-1 ante Surinam, un resultado que, aunque positivo en lo deportivo, llegó tarde para modificar su destino. El equipo dirigido por Luis Fernando Tena afrontó este último partido ya sin posibilidades de avanzar, después de una fase clasificatoria en la que los puntos obtenidos no fueron suficientes para mantener viva la opción de competir por un lugar en el Mundial 2026.
El triunfo en Ciudad de Guatemala sirvió principalmente como despedida ante su afición y como un golpe indirecto para Surinam, que perdió el pase directo tras la derrota. Sin embargo, en lo que respecta a Guatemala, la conclusión del proceso dejó claro que el equipo no logró alcanzar la regularidad necesaria. La gestión de Tena, marcada por altibajos y problemas para sostener resultados clave, terminó sin el objetivo principal: llevar al combinado chapín a su primera Copa del Mundo.
En el desarrollo del encuentro, los goles de Darwin Lom, Olger Escobar y Óscar Santis definieron un cierre decoroso para los locales, aunque insuficiente para maquillar la eliminación. Incluso el autogol de Samayoa en los minutos finales, que tuvo repercusiones en el grupo al dejar fuera a Honduras de cualquier posibilidad de repechaje, no cambió la realidad guatemalteca: el proyecto de Tena concluyó sin cumplir la meta de clasificación, dejando pendiente el camino hacia un nuevo intento mundialista.