Skip to content

Habitantes de Santa Fe de la Laguna denunciaron ataque armado durante una manifestación pacífica

Hace cuarenta y seis años, Santa Fe de la Laguna fue herida por la ambición de terratenientes que asesinaron a dos comuneros por defender lo que siempre ha sido nuestro: las tierras comunales, la dignidad de nuestras mujeres y la libertad de nuestro pueblo.
Desde entonces, este 17 de noviembre no es una fecha cualquiera: es un recordatorio vivo de que la sangre p’urhépecha jamás se derrama en vano.

Hoy, 17 de noviembre de 2025, cuando la comunidad se reunió nuevamente para honrar su memoria —campesinos, campesinas, comerciantes, estudiantes, autoridades civiles y tradicionales— la tragedia volvió a tocar nuestras puertas. Durante el acto cívico-político y la marcha, tres vehículos del crimen organizado irrumpieron en el camino, disparando sin respeto ni humanidad contra la multitud. Una joven de San Andrés Tziróndaro, hermana nuestra en la lucha y en la historia, cayó por las balas que deberían avergonzar al Estado entero.

Ante esto, no hay medias palabras:

¡BASTA!

¡Basta de gobiernos que miran hacia otro lado mientras nuestras comunidades son sitiadas!
¡Basta de territorios indígenas convertidos en rutas de muerte bajo la permisividad de quienes deberían protegernos!
¡Basta de que la vida p’urhépecha sea tratada como desechable!

Exigimos seguridad real, no discursos. Exigimos justicia verdadera, no carpetas archivadas. Exigimos respeto pleno a nuestros derechos humanos, colectivos y territoriales.

Y hoy, precisamente hoy, en el aniversario de nuestra Bandera P’urhépecha, levantamos la voz más fuerte que nunca:
El pueblo p’urhépecha sigue en pie, sigue unido y sigue dispuesto a defender su territorio cueste lo que cueste.

Porque nuestra bandera no es un símbolo vacío:
Es memoria.
Es territorio.
Es comunalidad.
Es lucha.
Es vida.

Y ningún grupo criminal ni ningún gobierno omiso podrá doblegar la fuerza de un pueblo que lleva siglos defendiendo su casa.

Aquí seguimos. Aquí resistimos. Aquí luchamos.