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Nuevo libro sobre Mauricio Garcés

Alejandro Aquino presenta ¿Qué toca hoy, Sócrates? El libro contó con el apoyo de Dorys y Mauricio Feres, sobrinos del actor.

Se trata de un divertimento literario, un libro de consulta y una amplia biografía publicada de manera independiente. Aquino, originario de Guadalajara, Jalisco, contó con el apoyo de la familia de Mauricio Garcés, especialmente de sus sobrinos Dorys y Mauricio Feres, quienes compartieron material fotográfico y anécdotas invaluables.

Crear una biografía sobre una figura tan cinematográfica implicaba un reto. Aquino lo describe así: “Fue muy complicado… Mauricio Garcés es un personaje que está acompañado de toda una época: la música, la arquitectura, los trajes, la ropa que usaba. Y ahí es donde llega Sócrates”.

Decidió entonces que la narración fuera una entrevista imaginaria con el mítico mayordomo de sus películas. “Se me ocurre que sea una entrevista imaginaria de ese mítico mayordomo… al utilizar ese recurso conseguí traernos a Mauricio Garcés a la actualidad”.

También fue esencial conocer al hombre detrás del mito: Mauricio Ferez Jasbeck (1926-1989). “Para mí me interesaba mucho saber cómo era Mauricio en la vida real y me llevé la sorpresa que el personaje se había tragado a Mauricio Ferez Jasbeck… era una persona muy querida, muy respetada por el gremio, por sus amigos”.

Aquino, apasionado del archivo cinematográfico, rescata etapas poco conocidas de Garcés:

“Mauricio Garcés empezó a actuar desde 1951… llegó a actuar con Pedro Armendáriz, Luis Aguilar… y yo quería rescatar toda esa parte”.

“Sí daría para una serie… habría una infinidad de cameos, personajes célebres que estuvieron ahí”.

La narrativa del libro permite conocer a Garcés desde su humor “refinadito”, sus frases icónicas y su ambigua sensualidad.

“Es un personaje único… se convirtió en una marca. Uno ve una casa del Pedregal y dice: mira, una casa como la de Mauricio Garcés”.

Sobre la eterna duda respecto a su orientación, Aquino puntualiza: “Se dedica el misterio… era un hombre que lo adoraban tanto hombres como mujeres, y él mismo jugaba con ello”.