Circuitos, cables, sensores y el talento por la mecánica y la ingeniería básica fueron los elementos que dieron vida al Concurso de Robótica 2025, organizado por la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) con el fin de promover el aprendizaje práctico, el pensamiento lógico y la solución creativa de retos.
La titular de la dependencia, Geovanna Campos Vázquez, informó que esta edición superó todas las expectativas al reunir más de 150 proyectos, con 370 participantes y la intervención de 50 instituciones educativas.
“Es una puerta al futuro; cada robot construido refleja el talento y la capacidad de las juventudes para transformar su comunidad mediante la ciencia aplicada, como nos ha solicitado el Gobernador Joaquín Díaz Mena, que el conocimiento no sea letra muerta, sino que sea motor del desarrollo”, afirmó.
Construir robots se convierte en un canal formativo clave para despertar vocaciones científicas y fortalecer el talento tecnológico de Yucatán, como lo demuestran los resultados de esta edición. En Robot Recolector, el primer lugar lo obtuvo el niño Gabriel Guzmán Treviño, del Instituto Arrayanes, gracias al desempeño preciso de su prototipo.
En Seguidor de Líneas, Emmanuel Bermont Salazar, de la Universidad Modelo, destacó por la estabilidad y velocidad de su robot en pista. En Robot Ratón, el primer sitio fue para Fernando Euan Maas, de la Universidad Politécnica de Yucatán (UPY), cuyo diseño sobresalió por su autonomía e inteligencia mecánica.
En Mini Sumo, Cristofer Pool, del Instituto Tecnológico Superior de Motul, se posicionó como campeón por la potencia y estrategia de su robot. En Batallas, Patricio García Durocher, de la Universidad Modelo, obtuvo el primer lugar con un proyecto que combinó fuerza, diseño y precisión de movimiento.
Finalmente, en Robot de Tareas, el ganador fue José Manuel Contreras, del Instituto Tecnológico Superior del Sur, quien presentó un prototipo orientado a la automatización funcional.
En Brazo Robótico, el jurado determinó que no se otorgaría primer lugar al no cumplirse los criterios técnicos establecidos; sin embargo, se entregaron dos terceros lugares por desempeño sobresaliente.
El jurado estuvo integrado por especialistas de universidades, tecnológicos y centros de investigación de Yucatán, quienes evaluaron innovación, funcionalidad, diseño y capacidad para resolver problemas reales mediante tecnologías emergentes. La participación de estas instituciones fortaleció la vinculación entre academia, investigación y comunidad estudiantil.
Las y los ganadores recibieron premios que van de 3 mil a 19 mil pesos, así como reconocimientos oficiales y la posibilidad de representar a Yucatán en competencias nacionales de robótica educativa.
Madres, padres y docentes destacaron la relevancia de estos encuentros, que permiten a las juventudes enfrentar retos reales, trabajar en equipo y convertir ideas en prototipos funcionales. El ambiente del concurso reflejó entusiasmo, disciplina y un firme compromiso con la innovación.
Esta edición consolidó a Yucatán como un referente nacional en educación STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) al promover el aprendizaje práctico y el desarrollo del pensamiento científico desde edades tempranas, generando oportunidades reales para el futuro tecnológico del estado y convirtiendo el conocimiento en soluciones prácticas para los retos ambientales y sociales actuales.
