Un incendio de gran magnitud destruyó durante la madrugada del 11 de noviembre el pabellón Wenchang del templo Yongqing, en Zhangjiagang, provincia de Jiangsu, en el este de China.
Las llamas se iniciaron alrededor de las 03:00 y se propagaron con rapidez por la construcción, cuya estructura era mayoritariamente de madera y tenía más de 1.500 años de historia. Las imágenes difundidas en redes sociales mostraron columnas de humo y fuego que envolvían el pabellón afectado.
Las autoridades lograron controlar el siniestro horas después y señalaron que la estructura principal del templo permanece en pie. No se registraron heridos ni víctimas fatales, aunque el pabellón Wenchang quedó consumido por las llamas.
El Yongqing, fundado en el año 536 d. C., conservaba inscripciones, estatuas y ornamentos dedicados a Wenchang Dijun, deidad taoísta ligada a la cultura y la literatura, albergaba inscripciones antiguas, estatuas y ornamentos.
La estructura principal del templo permanece intacta, pero expertos en conservación han calificado el daño como “irreversible”. Expertos en conservación advirtieron que la restauración será muy complicada, porque muchas piezas originales son irreemplazables y los trabajos podrían extenderse por meses. La pérdida supone un golpe al patrimonio local y a la vida religiosa de la comunidad.
Los investigadores preliminares apuntaron a una posible falla eléctrica o al uso de velas en el interior como causas del incendio, según informaron medios locales como Global Times. Las investigaciones continúan para determinar el origen exacto.
El Templo Yongqing fundado en el año 536 durante la dinastía Liang, representa uno de los santuarios budistas más antiguos de China. En él hay reconstrucciones documentadas en las dinastías Ming (siglo XIV-XVII). Este recinto recibía anualmente miles de visitantes, contribuyendo al turismo cultural de Jiangsu, que genera el 5% de la economía provincial. La Federación de Budismo Chino expresó condolencias y apoyo para la restauración, subrayando el rol del sitio en la transmisión de tradiciones espirituales.
El pabellón afectado, erigido en el siglo XVI, formaba parte de un conjunto arquitectónico que integraba salones de meditación y jardines zen. Estos lugares fueron declarados patrimonio cultural protegido por el gobierno central en 2006.
Las autoridades de Jiangsu activaron protocolos de emergencia inmediatamente, controlando las llamas antes del amanecer y acordonando el perímetro para evaluar riesgos estructurales. Este incidente resalta los desafíos de preservar el vasto legado histórico de China, donde más de 40 mil sitios budistas enfrentan amenazas por envejecimiento y eventos climáticos. En los últimos cinco años, al menos 10 templos milenarios han sufrido daños similares, impulsando reformas en normativas de seguridad contra incendios en monumentos.
La comunidad de Zhangjiagang, con unos 1,5 millones de habitantes, ha lanzado campañas de donaciones en plataformas digitales para financiar reparaciones.
