La dieta mediterránea es una de las más saludables del mundo. Proveniente de las prácticas culinarias de España, Italia, Grecia y Marruecos, fue declarada en 2010 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El 13 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Dieta Mediterránea. Aunque no tenemos constancia de la entidad que ha proclamado esta fecha, lo cierto es que todas las fuentes coinciden en la importancia de este Día Mundial, para poner en valor y promocionar globalmente los beneficios de la dieta mediterránea.
La dieta mediterránea es una forma de alimentación saludable que prioriza el consumo de alimentos frescos y naturales, basándose en los sabores y tradiciones de la región, beneficiando la salud en general, además de disminuir el riesgo de contraer enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes y enfermedades degenerativas.
La comida mediterránea prioriza el aceite de oliva como principal fuente de grasas, además de las frutas, vegetales, legumbres, cereales integrales, semillas, frutos secos y pescados, evitando productos industrializados nocivos para la salud, como salchichas, bollerías, comida congeladas y prefabricadas.
Esta dieta en verdad es un tipo de alimentación que ayuda a cambiar el estilo de vida, y no siempre es necesario que sea baja en calorías para ayudar a bajar de peso, ya que ayuda naturalmente a mejorar el metabolismo y favorecer el control de peso.
La UNESCO reconoció y celebró, inscribiendo la Dieta Mediterránea como uno de los elementos de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La alimentación saludable que nos proporciona la Dieta Mediterránea es perfectamente compatible con el placer de degustar sabrosos platos.
