Nacidos entre finales de la década de 1990 y mediados de los años 2010, los integrantes de la llamada Generación Z representan al grupo más joven que actualmente impulsa transformaciones sociales, tecnológicas y culturales en todo el mundo. Conforman el primer sector que creció completamente conectado a internet y a los dispositivos digitales desde la infancia.
A esta generación se le identifica como la primera nativa digital, es decir, aquellas personas que no conocieron un mundo sin redes sociales, teléfonos inteligentes o plataformas de streaming. Expertos en sociología y comunicación consideran que esta característica marca una diferencia significativa respecto a generaciones anteriores, como los millennials, quienes fueron testigos de la transición tecnológica, pero no nacieron dentro de ella.
La Generación Z se distingue por su alta adaptabilidad al cambio, su interés en temas de diversidad, sostenibilidad, inclusión y bienestar mental, así como por su forma de comunicación rápida y visual, predominante en plataformas como TikTok, Instagram o YouTube. Además, se le asocia con una visión crítica hacia las instituciones tradicionales y una búsqueda constante de autenticidad en los contenidos que consumen y comparten.
De acuerdo con especialistas, su comportamiento frente al consumo y la información ha llevado a las empresas, gobiernos y medios de comunicación a modificar sus estrategias para conectar con ellos. Prefieren mensajes directos, formatos breves y valores alineados con causas sociales. En el ámbito laboral, se caracterizan por priorizar el equilibrio entre vida personal y profesional, así como por su afinidad hacia empleos flexibles y creativos.
Con su presencia cada vez más visible en la política, la economía y las plataformas digitales, la Generación Z se perfila como uno de los grupos con mayor capacidad de influencia en los próximos años, marcando el rumbo de nuevas formas de interacción social y cultural.
