Al no definir su situación legal en el país, muchas personas en contexto de movilidad se van quedando en México, mientras resuelven su situación optan por rentar una vivienda y salen todos los días a conseguir algo de dinero para el pago de su alimentación y otros servicios básicos.
En ese contexto de dificultades, un considerable número de mujeres acuden a los centros de entretenimiento para caballeros, como única opción para emplearse y tener dinero, ya que en varios de esos lugares no requieren de documentación para ser contratadas; así también otras personas, hombres y mujeres toman la decisión arriesgada de trabajar en la prostitución.
Al respecto, la organización Brigada Callejera hace una búsqueda de personas en este contexto y les brinda apoyo tanto en la defensa de sus derechos humanos, civiles y laborales, además en los cuidados de la salud y prevención del VIH/Sida y enfermedades de transmisión sexual.
Esta organización ha intensificado sus recorridos con acciones de prevención y hacen charlas con quienes se dedican a esta actividad, con la finalidad de ofrecerles todo el apoyo, pues con la permanencia en Tapachula este oficio se ha incrementado en los últimos meses, en hasta un 30 %.
Las mujeres migrantes dedicadas al trabajo sexual son de varias nacionalidades, las hay venezolanas, haitianas, cubanas, hondureñas y de Guatemala, quienes por la situación complicada que enfrentan en su paso por esta ciudad se ven en la necesidad de caer en la prostitución.
