En Irlanda, un descubrimiento estremecedor ha reabierto uno de los capítulos más oscuros de su historia. La policía confirmó el hallazgo de restos humanos de alrededor de 800 niños en el sistema de drenaje de un edificio que hoy funciona como asilo de ancianos, pero que en el pasado fue el Hogar para Madres y Bebés Bon Secours, administrado por la iglesia, en la localidad de Tuam.
El caso salió a la luz tras la denuncia de una mujer que señaló la posible existencia de entierros clandestinos. A raíz de ello, la Oficina del Director de Intervención Autorizada de Tuam (ODAIT), inició excavaciones que revelaron un complejo sistema de alcantarillado y un pozo subterráneo donde se encontraron los restos.
Las investigaciones apuntan a que los niños murieron entre 1925 y 1961, cuando el lugar era administrado por una congregación religiosa. Durante ese período, el centro recibió a madres solteras y sus hijos, muchos de los cuales fallecieron por desnutrición, enfermedades y abandono, y fueron ocultamente enterrados en la propiedad.
Los equipos forenses también hallaron objetos personales, fragmentos de vidrio, cerámica y utensilios de la época, además de restos que datan incluso de cuando el sitio funcionaba como refugio para personas pobres y cuartel militar.
Las autoridades irlandesas continúan con las excavaciones en busca de los restos de los 800 niños que aún permanecen desaparecidos. El objetivo es identificarlos, brindarles un entierro digno y ofrecer justicia a las víctimas de este doloroso episodio en la historia institucional y religiosa de Irlanda.