Vecinos del municipio de Kinchil denunciaron que una empresa avícola continúa realizando trabajos de construcción pese a un sello de clausura impuesto por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), luego de que se destruyeran basamentos mayas ubicados en terrenos cercanos a la zona arqueológica de Tzemé.
De acuerdo con los habitantes, la empresa, identificada como Crío, lleva a cabo la ampliación de sus instalaciones para la producción de huevo en un área donde, según registros del propio INAH, existen vestigios prehispánicos de gran valor histórico. Los pobladores aseguran que las obras han arrasado con la vegetación de al menos seis hectáreas y que la maquinaria pesada opera a escasos metros de una de las estructuras principales del sitio arqueológico.
Durante recorridos por la zona, vecinos y ejidatarios reportaron la presencia de fragmentos de cerámica, piedras labradas y montículos que evidencian la existencia de construcciones mayas no exploradas. Sin embargo, pese a las advertencias y a la clausura colocada por el INAH, los trabajos continuaron, lo que ha generado indignación entre la comunidad.
Los habitantes de Kinchil piden la intervención de las autoridades federales y estatales para frenar el daño al patrimonio cultural, además de sancionar a los responsables por violar las disposiciones de protección arqueológica. Reiteraron que su intención no es frenar el desarrollo económico del municipio, sino evitar que se pierda una parte de la historia de la región.
El INAH no ha emitido hasta el momento un pronunciamiento oficial sobre las acciones que tomará ante esta nueva violación a su medida de clausura.
