Tras las temporadas de mocasines rígidos, brillantes y “serios”, la tendencia se está desplazando silenciosamente hacia una versión decididamente más relajada de este calzado: el mocasín suave.
Ligero, desestructurado, pero increíblemente refinado, es la evolución natural del mocasín desgarbado, estrella de las últimas temporadas, rey del Otoño-Invierno 2025, pero aún más cómodo.
Es, en pocas palabras, el regreso de la sobriedad, de una sensualidad que pasa del gesto cotidiano, el de calzarse un zapato formal pero cómodo en un abrir y cerrar de ojos, como un par de tenis increíblemente chic.
De hecho, la nueva generación de mocasines de abuelo combina elegancia sartorial y actitud desenfadada, jugando con volúmenes flexibles y detalles inesperados, o mejor dicho, que no suelen asociarse a este tipo de calzado: el elástico que envuelve el talón sustituye a la parte trasera habitualmente rígida (a menudo también incómoda), la silueta se vuelve suave e —intencionadamente— abollada, como si ya se hubieran usado, todo ello dado también por la suavidad del material.
El diseño de estos zapatos en tendencia se suaviza, las formas se vacían de estructura y la piel, suave como la mantequilla, casi impalpable, transforma el ajuste en un guante contemporáneo para los pies.
Esta nueva tendencia de calzado, que también podríamos llamar mocasín blando o slipper style, ya se ha visto en las pasarelas con diferentes interpretaciones, unidas por una misma filosofía: combinar comodidad y estilo.
En Miu Miu, los mocasines se funden con el calcetín gris alto, convirtiéndose en una verdadera prolongación del pie, enfatizada por pieles mantecosas y texturas sutiles; en Tod’s, el mocasín se enriquece con hebillas doradas sin dejar de ser desestructurado, con la suela flexible típica de los zapatos de conducción; mientras que Proenza Schouler lo propone en versión minimalista, bajo pantalones anchos y fluidos, para un allure effortless y sofisticado.
Las tendencias de streetstyle lo combinan de mil y una maneras, demostrando ser una alternativa muy válida —contemporánea y cool— a las bailarinas o los tenis: para llevar con calcetines a la vista y falda de lana, pero también con pantalones sastre y jeans de corte clásico.
