Ir por la calle y ver a alguien caminando con la vista hacia abajo puede hacernos pensar al momento que a esa persona le ocurre algo en el aspecto emocional como que está triste. Pero la realidad es que ir andando hacia abajo tiene muchos significados y que han sido demostrados a través de la ciencia, que van mucho más allá del campo de la psicología y que nos hace replantearnos los pensamientos que tenemos cuando vemos a alguien esta situación.
El lenguaje corporal. Una de las cartas de presentación que tenemos hacia el mundo sin duda son los gestos que hacemos. No es lo mismo estar todo el rato con los brazos cruzados que puede indicar una actitud más cerrada, a estar mucho más abierto delante de otra persona. Y la mirada es otra carta de presentación fundamental que podemos entender a la perfección.
Lo que dice la psicología. La interpretación más extendida del hecho de mirar hacia abajo mientras se camina se atribuye a la inseguridad, la timidez, la tristeza o la baja autoestima. Es un hecho que evitar el contacto visual puede parecer evasivo y, en una sociedad como la nuestra, a menudo se considera señal de vulnerabilidad o de procesamiento emocional.
Esto es algo que se ha recogido en diferentes estudios centrados en la comunicación no verbal donde refuerzan esta idea: la postura encorvada, la mirada hacia el suelo y la ausencia de contacto visual pueden indicar estados internos como la introspección, el estrés emocional o la necesidad de protección ante el entorno.
Sin embargo, el campo de la psicología advierte que esta interpretación demasiado simple o ‘generalista’ es poco precisa de la realidad. Para entenderlo nos podemos ir a otras culturas como la japonesa, donde mirar al suelo es un signo de respeto o modestia, o incluso también se puede interpretar como una forma de concentración o reflexión. De esta manera, el contexto social, la personalidad y la frecuencia del gesto marcan la diferencia entre un ‘buen indicio clínico’ y una conducta perfectamente normal.
La neurociencia. Pero más allá de la psicología, la neurociencia tiene también mucho que decir en este campo para estudiar minuciosamente por qué, en muchas situaciones, mirar hacia abajo es una estrategia muy útil. Estudios publicados en revistas como Nature demuestran que dirigir la mirada hacia el suelo ayuda a ajustar el equilibrio y reduce el riesgo de tropiezos.
