Miles de productores del campo iniciaron una huelga que abarca al menos 17 estados, con cierre de carreteras y retención de mercancías. Exigen al gobierno fijar un precio garantía para el maíz y otros granos, además de medidas para afrontar la crisis de importaciones y bajos rendimientos. 
La paralización —que afecta rutas clave para la cadena alimentaria— pone de relieve la tensión latente en el sector agrícola mexicano, tradicionalmente golpeado por la falta de apoyos y la competencia internacional. Analistas advierten que de no mediar solución rápida, el desabasto de productos podría sentirse en mercados y comunidades.
