Una vez más, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó que las emociones lo dominaran. Durante una reunión con los medios, habló sobre el expresidente brasileño Jair Bolsonaro frente a su homólogo Lula da Silva, y luego evitó tajantemente responder más preguntas de la prensa.
Pese a su reconocida astucia, Donald Trump aún no ha logrado resolver uno de los mayores desafíos internacionales: la guerra entre Rusia y Ucrania. Aun así, el gobierno ruso aseguró estar dispuesto a negociar con Estados Unidos, aunque dejó claro que Moscú siempre actuará según sus propios intereses nacionales en cualquier diálogo con Washington.
Mientras tanto, la naturaleza también impone su fuerza en distintas partes del mundo. Jamaica y Cuba se preparan para el huracán Melissa, uno de los más potentes de los últimos años. Las autoridades activaron refugios, cerraron aeropuertos y alertaron a la población ante su inminente llegada.
Otro tipo de fuerza natural sucedió en Turquía, un terremoto de magnitud 6,1 sacudió el oeste del país, dejando una estela de temor y daños materiales.
Pero mientras el mundo se sacude, la tensión política no da tregua. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, acusó a Estados Unidos de “prejuzgar con arbitrariedad” su política antidrogas. Señaló además que “quien aumenta el consumo es quien impulsa la oferta”, responsabilizando así al país norteamericano de fomentar el negocio.
Pero no todos los políticos están perdiendo el juego del poder. En Argentina, el partido La Libertad Avanza, del presidente Javier Milei, obtuvo una contundente victoria en las elecciones legislativas con más del 40% de los votos, superando al bloque peronista Fuerza Patria.
Y en medio de guerras, elecciones, huracanes y tensiones, el cielo también dio de qué hablar: un objeto luminoso verde sorprendió a los habitantes de Moscú y sus alrededores. Los científicos aclararon luego que se trataba de basura espacial, no de un meteorito, aunque el fenómeno dejó a muchos mirando al cielo con asombro