Por primera vez, y en reconocimiento a las mejores tesis sobre toponimia, escritas en América Latina y el Caribe, defendidas durante 2023-2024, se entregó el Premio Ignacio Guzmán Betancourt, el cual deriva del Seminario Interinstitucional de Onomástica (SIO) y fue instaurado en honor a dicho investigador y académico mexicano.
La entrega del galardón se realizó este 22 de octubre de 2025, en el Museo Nacional de Antropología (MNA), como resultado de la colaboración del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con las universidades Autónoma de México (UNAM), de Colima, de Nayarit, Autónoma del Estado de México, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla e instituciones educativas de España, Cuba y Brasil.
El titular de la Dirección de Lingüística del INAH, Julio Alfonso Pérez Luna, señaló que la esencia de Guzmán Betancourt pervive en su obra escrita, caracterizada por la pasión y el rigor, cuyo testimonio se refleja en una vasta producción de libros y artículos, así como el estudio y ediciones de obras de autores pretéritos, como Manuel de San Juan Crisóstomo Nájera o Andrés Pérez de Ribas.
“La pasión por todo aquello que cautivaba su interés y el rigor en el quehacer que se proponía se proyectaban en los diversos ámbitos de su acción”, dijo al agregar que otro campo relevante en su trayectoria fue el de la toponimia, donde tuvo numerosas aportaciones, como el libro De toponimia y topónimos. Contribuciones al estudio de nombres de lugares provenientes de lenguas indígenas de México (1987).
En su intervención, el coordinador del SIO, Francisco Javier Peral Rabasa, explicó que el premio surgió como parte de las tareas de difusión de la investigación. “Es una forma en la que podemos sumar a esa promoción, con un premio que, si bien no es económico, sí lleva consigo el reconocimiento de los especialistas en el área”.
A su vez, la coordinadora del SIO, Yolanda Guillermina López Franco, informó que el seminario nació en 2018, a partir de la organización de las primeras jornadas antroponomásticas en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, de la UNAM, tras observar que había pocos investigadores que trabajaran sobre antroponimia.
Por su parte, la profesora-investigadora de la Dirección de Lingüística del INAH, Martha Muntzel, resaltó que este reconocimiento honra a Guzmán Betancourt, fallecido el 25 de septiembre de 2003, quien publicó diversos trabajos enmarcados dentro de la disciplina, y además “abrió camino al estudio de las ideas lingüísticas de los autores mexicanos, desde el siglo XVI hasta nuestros días”.
Este año, la ganadora fue la arquitecta restauradora de la Universidad de Sao Paulo, en Brasil (USP), Arlete Nestlehner Cardoso de Almeida, con el trabajo Memórias da paisagem: cotidiano e espacialidade dos comerciantes de tropas do Rio Ribeira de Iguape por meio da recuperação toponímica.
Mediante mapas, cartografías oficiales y otras representaciones gráficas, investigó el espacio geográfico de la región y su entorno, levantando el registro de 4,355 topónimos, datados de 1869 hasta 1998, los cuales revelaron datos de las condiciones geográficas, sociales y económicas, y permitieron hacer un análisis cuantitativo y cualitativo que ayudó a comprender el paisaje como un sistema dinámico de signos.
“Los resultados contribuyen para el rescate histórico y la preservación de la memoria, así como al reconocimiento de la importancia de los nombres de un lugar, no solo como patrimonio cultural, histórico y lingüístico, sino como dato técnico. Este premio representa el reconocimiento del trabajo y la reafirmación de la relevancia de la toponimia como campo de memoria e identidad lingüística”, comentó la ganadora, de manera remota.
La mención honorífica correspondió a Antonio Rafael Marçal da Silva, también de la USP, por Onomástica literária e representação espacial como ancoragem de memória: topônimos na obra Baú de ossos, de Pedro Nava. Ambos trabajos fueron dirigidos por Patrícia de Jesús Carvalhinhos, profesora de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de dicha casa de estudios.
