Si se trata de flores en la Ciudad de México, el Mercado Jamaica es la mejor opción, abierto todos los días del año y todo el día y el día de Muertos no es la excepción.
En esta temporada de Día de Muertos, el Mercado de Jamaica se transforma. Las flores de temporada, desde las clásicas flores de cempasúchil o la flor de terciopelo, hasta las caléndulas o gladiolas, todas inundan pasillos, puestos y escaparates. Los arreglos para ofrendas, los ramos preparados, la fragancia del copal y los colores brillantes se mezclan con la actividad cotidiana de un mercado que no sólo vende flores, sino que vende emociones, recuerdos y tradiciones.
Un ejemplo de la vivacidad de estas tradiciones es la señora juventina, que desde hace 32 años produce flores de cempasúchil junto con su esposo y las traen a la capital desde Atlixco, Puebla.
“Somos productores y es de del campo, ¿verdad? De puro campo para venir acá a venderles a los clientes (…) Nosotros le empezamos a echar desde julio. Ya lo que es julio, agosto, septiembre para ahorita, octubre, lo que estamos dando. Son tres meses”, detalló Juventina Ortiz González, productora de flores.
Se estima que en el Mercado de Jamaica se ofrecen alrededor de 5 mil variedades de flores y plantas provenientes de estados como Puebla, Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Michoacán y el Estado de México. La afluencia de visitantes en esta época se dispara: desde floristas que adquieren al mayoreo, hasta ciudadanos que buscan ese ramo especial para honrar a un ser querido. Las flores que salen de este mercado no solo decoran, sino que reconectan con los que ya no están.
Y aunque la floricultura es el sello distintivo de Jamaica, este mercado también responde a la demanda de otros elementos fundamentales para la tradición de día de muertos como las frutas, las ollas de barro, inciensos y hasta decoraciones más elaboradas. En el andar por el mercado nos topamos con Juana, ella desde Iztapalapa para el mundo hace figuras de papel mache y cartonería. El suyo es un negocio familiar que inició hace más de 40 años.
“De mi esposo, cuando yo me casé con él ya sabía hacer todo eso entonces seguimos la tradición. Ahorita pues a lo mejor mi esposo y yo ya vamos para abajo, pero mis hijos ya van para arriba y ya les dijimos que no dejen morir la traición mexicana porque somos mexicanos, no somos de Estados Unidos (…) Nosotros tratamos de que no se muera la tradición mexicana que son las calaveras, porque en ese tiempo ya muchos se incorporan por el Halloween y nosotros somos mexicanos que somos los que debemos la tradición mexicana que es la calavera. Hacemos mucho oficio que son tacos al pastor, el pulquero, el tlachiquero, la que vende las piñatas, el carnicero, el pajarero, la que vende el mole. Tenemos muchos diseños”, explicó Juana Martínez, artesana.
Aunque el Día de Muertos se celebra dos días al año, Juana y su familia se preparan meses atrás y su deseo es que la tradición de estas artesanías continúe en su familia.
“Nosotros para hacer la producción que traemos empezamos a trabajar desde abril para poder terminar y ahorita todavía tenemos mucho trabajo porque vienen los clientes y nos encargan cualquier oficio. Ahorita mi hijo está haciendo un albañil. Mi esposo está haciendo un puesto de periódico que nos encargaron. Y ahí vamos lo que nos va pidiendo lo vamos haciendo”, refirió Juana.
El Mercado de Jamaica no es solo un lugar de compras, es tradición viva, es aromas, colores y memoria, y durante la temporada de Día de Muertos, florece aún más. Es un espacio donde pasado y presente se encuentran.
