Skip to content

EL BAILE QUE TERMINÓ EN LLAMAS EN HERMOSILLO

En las noches cálidas de Hermosillo se murmura una historia que mezcla misterio, tragedia y fuego: la leyenda del Casino del Diablo. Todo comenzó, según cuentan los mayores, durante una celebración de Año Nuevo en el antiguo Country Club, un lugar elegante donde la alta sociedad acudía a bailar y celebrar. Aquella noche, entre risas y música, una joven llamada Linda llamó la atención de todos con su belleza. Pero su destino cambió cuando un hombre misterioso, vestido de negro y con modales impecables, la invitó a bailar.

Al principio todo parecía un sueño: la pareja giraba con elegancia por el salón, hasta que Linda notó algo extraño. Sus manos se enfriaron, un olor a azufre llenó el aire y, al mirar hacia abajo, descubrió horrorizada que su acompañante no tenía pies humanos, sino una pata de gallo y otra de chivo. En ese instante, el hombre soltó una risa aterradora y desapareció entre llamas que se extendieron por todo el lugar. La música se detuvo y el caos se apoderó del baile; el fuego consumió el salón, dejando solo cenizas y gritos.

Desde entonces, el lugar quedó marcado por el miedo y la curiosidad. Los vecinos aseguran que en las madrugadas aún se escuchan risas, pasos y el eco de una melodía que parece salir de entre las ruinas. Nadie sabe si fue un castigo divino o una visita del mismísimo demonio, pero la historia del Casino del Diablo sigue viva, recordando que hay bailes que jamás deberían repetirse.