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LA NOVIA QUE NUNCA DEJÓ EL ESCAPARATE

En el corazón de Chihuahua vive una de las leyendas más inquietantes y encantadoras de México: La Pascualita, la novia que, según dicen, jamás abandonó su vestido de bodas. Todo comenzó en 1930, cuando en el aparador de una tienda llamada La Popular apareció un maniquí tan real que parecía tener alma. Su piel parecía de verdad, sus manos mostraban detalles humanos y su mirada, fija y profunda, provocaba escalofríos y fascinación entre quienes pasaban frente a ella.

Con el paso del tiempo, los rumores crecieron. Se decía que La Pascualita no era un maniquí, sino el cuerpo embalsamado de la hija de la dueña, una joven que murió trágicamente el día de su boda al ser picada por un insecto venenoso. Su madre, destrozada por la pérdida, habría decidido conservarla para siempre en su tienda, vestida de novia, como si esperara que el tiempo le devolviera la vida. Desde entonces, vecinos y visitantes aseguran haberla visto moverse, parpadear o cambiar de postura cuando nadie la observa.

Hoy, La Pascualita sigue en pie, inmóvil pero llena de misterio. Para algunos es una historia de amor eterno; para otros, un relato sobrenatural que se niega a morir. Lo cierto es que su leyenda continúa atrayendo a curiosos, turistas y creyentes, que se detienen frente a ella con la esperanza de sentir, aunque sea por un instante, la presencia de la novia que jamás descansó.