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CON PRESENTACIÓN DE PLACAS CONMEMORATIVAS, INAH CIERRA CELEBRACIÓN POR EL MEDIO MILENIO DE LA CIUDAD DE TLAXCALA

La recepción de las placas fue una serie de actividades con las que el INAH se sumó al festejo quincentenario de la ciudad de Tlaxcala.

Con miras a fomentar el conocimiento y la revalorización de los espacios más emblemáticos de la ciudad de Tlaxcala, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y el municipio de Tlaxcala de Xicohténcatl, presentaron 169 placas informativas que servirán para identificar a los monumentos históricos de esa urbe.

Como parte del cierre de la celebración por el medio milenio de la ciudad, el secretario de Turismo estatal, Fabricio Mena Rodríguez, y su homóloga de Cultura, Karen Álvarez Villeda, encabezaron la entrega de dichas placas a la coordinadora Nacional de Monumentos del INAH, Valeria Valero Pié; al titular del Centro INAH Tlaxcala, José Vicente de la Rosa Herrera, y al edil Alfonso Sánchez García.

Durante el acto que tuvo lugar en el Museo Regional de Tlaxcala (MRT), Mena Rodríguez mencionó que, de las 169 placas, 145 tendrán un código QR que, al ser escaneado con un dispositivo móvil, mostrará al público información basada en el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos del INAH; las 24 restantes sumarán a dicho código contenidos informativos en braille.

En línea con ello, Vicente de la Rosa expresó que las placas serán instaladas en construcciones emblemáticas como el Ex Convento Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción, el Palacio de Gobierno estatal, el Santuario Diocesano del Señor San José y la Capilla Real de Indios, pero también en lugares aledaños a la ciudad que resaltan por su importancia histórica, como la Basílica de Ocotlán y la Capilla Abierta de Tizatlán.

La entrega-recepción de las placas fue el colofón de una serie de actividades con las que el INAH se sumó al festejo quincentenario de la ciudad de Tlaxcala, el cual, durante los 13 días comprendidos entre el 3 y el 15 de octubre, reunió a 143,000 espectadores en un amplio programa de 120 actividades.

Destacó, entre ellas, la entrega por parte del instituto a las autoridades estatales, de un ejemplar del libro Tlaxcala de Xicohténcatl. Zona de Monumentos Históricos, mismo que fue incluido, junto con otros enseres, en una cápsula del tiempo colocada en el bulevar Guillermo Valle, con el objetivo de que sea abierta en 2075 y la gente de ese tiempo perciba la magnitud de las celebraciones.

Abordan la memoria tlaxcalteca, en conferencia magistral

Entre las actividades que el INAH llevó a cabo destacó, el 8 de octubre, la conferencia magistral ‘500 años de la Ciudad de Tlaxcala’, impartida en el MRT por la historiadora Lidia Ernestina Gómez García. La plática se centró en la memoria de los tlaxcaltecas como constructores de la ciudad de Puebla de los Ángeles, mientras que el etnomusicólogo Gustavo Enrique Mauleón Rodríguez aludió a la República de Indios de Tlaxcala y al antiguo Chalchihuapan, espacio cerril ocupado hoy por el Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción.

Coincidieron en que los antiguos señores tlaxcaltecas planearon su adhesión a la empresa de conquista liderada por Hernán Cortés, en favor de sus intereses y en respuesta a las vicisitudes que, en aquel momento, enfrentaban con los mexicas.

“Sabían que muchos perderían la vida en la guerra, pero si vencían serían acreedores de tierras según su pasado militar, por tanto, me atrevo a decir que la Conquista fue una negociación entre indígenas e hispanos”, señaló Gómez García.

En tanto, Mauleón Rodríguez aludió al papel fundamental que la Virgen María y sus advocaciones tuvieron para concretar alianzas entre los españoles y los residentes de pueblos del actual territorio tlaxcalteca, como Atlihuetzia y Tizatlán.

La ciudad de Tlaxcala vio su origen virreinal el 3 de octubre de 1525, tras la emisión de una bula del Papa Clemente VII, quien instruyó instaurar en esas tierras un obispado dedicado a María; una década más tarde, el rey de España, Carlos V, otorgó a la urbe su escudo de armas.