Reducir el azúcar en un 30% en los refrescos fue el compromiso que alcanzaron las empresas refresqueras con el Gobierno de México. Esto ocurrió luego de que el Gobierno decidiera aumentar el IEPS a las bebidas azucaradas, lo que motivó a las compañías a acercarse para negociar. Los resultados obtenidos fueron los siguientes:
“A cambio de un impuesto diferenciado, de 3 pesos para los refrescos con azúcar y la mitad para los light, las empresas se comprometieron a lo siguiente: reformular los productos para que los refrescos con azúcar sean menos nocivos, promover que los refrescos sin azúcar sean más saludables y aplicar prácticas de publicidad responsables, evitando que los niños consuman refrescos en exceso y destacando que las presentaciones grandes son para compartir, no para consumirlas en un solo día”, expresó Eduardo Clark García, subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud.