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Inicia bajada de las virgencitas de copoya hacia Tuxtla Gutiérrez. Unión de fe y tradición.

Con profundo fervor y tradición, la comunidad zoque celebró la bajada de la Virgen del Rosario, también conocida como la Virgen de Copoyita. Esta festividad, que ocurre dos veces al año, marca un momento especial en octubre, cuando la imagen es trasladada a casa del prioste mayordomo, donde permanecerá durante nueve días antes de regresar el 23 a la casa del presidente de festejos. Junto a ella caminan la Virgen de la Candelaria y la Virgen de Olaechea, formando un trío sagrado que encabeza el recorrido entre rezos, cantos y el respeto de los fieles.
Don Marcos Manuel Martínez Ramírez, primer ayudante de albacea, asumió la coordinación del evento en ausencia de la titular. Con más de cuatro décadas de participación en la mayordomía, guió a los cargadores y organizó la logística del trayecto.
Aunque los cargos principales están asignados, muchos creyentes se suman durante el camino, cargando con fe las pesadas imágenes. Para los participantes, el esfuerzo físico es parte del acto de devoción.
La procesión es más que una tradición religiosa; es una afirmación cultural que une a generaciones y refuerza la identidad zoque.
La invitación a la ciudadanía es clara: acercarse, participar y mantener viva esta herencia. Así, entre incienso, flores y plegarias, las vírgenes recorren las calles, llevando consigo la esperanza y la fe de un pueblo que se resiste al olvido de sus raíces.