El emprendimiento femenino ha crecido en los últimos años, impulsado por el deseo de independencia y superación personal. Cada vez más mujeres deciden iniciar sus propios negocios, desde tiendas en línea hasta proyectos sociales o creativos.
Ser emprendedora requiere organización, constancia y una mentalidad positiva. Es importante capacitarse, planificar y no temer a los fracasos, ya que cada error es una oportunidad de aprendizaje. Existen comunidades y programas de apoyo que promueven la participación femenina en la economía, brindando mentorías y financiamiento. El liderazgo femenino transforma no solo negocios, sino también comunidades, inspirando a otras mujeres a creer en su potencial.