Tulum, considerada durante años la “gallina de los huevos de oro” del turismo mexicano, atraviesa una de sus peores crisis.
El destino luce casi desierto, con una ocupación hotelera de apenas el 30 %, una caída del 15 % en los viajes y un descenso del 35 % en hoteles de lujo.
Mientras tanto, las denuncias de turistas y habitantes se multiplican: reclaman abusos en precios, restricciones de acceso y condiciones poco favorables para disfrutar de este emblemático destino del Caribe.
Desde abril de 2025, las playas de Tulum permanecen cubiertas por grandes cantidades de sargazo, lo que impide el acceso al mar y genera malos olores.
Además, esta situación desalienta a los visitantes, quienes buscan alternativas en otros destinos de la región que tengan menos presencia de sargazo.
Con la creación del Parque Nacional del Jaguar, se estableció un cobro obligatorio para ingresar a áreas que antes eran públicas: 415 pesos para extranjeros y 255 pesos para nacionales.
Esta medida ha generado inconformidad entre los visitantes y prestadores de servicios, quienes consideran que limita el libre acceso a las playas.
Cabe señalar que esta situación ha generado manifestaciones en las que se ha exigido al gobierno garantizar el acceso gratuito a las playas de Tulum.
En los últimos meses, los costos turísticos se han disparado sin regulación. El hospedaje alcanza hasta 9,000 pesos por noche y/o por persona.
Los alimentos y servicios presentan tarifas excesivas, en algunos casos expresadas en dólares.