Tres perros aparecieron muertos en distintas calles de este municipio, aparentemente por haber ingerido algún tipo de veneno. El hecho reavivó la molestia de habitantes y colectivos que desde hace meses denuncian una serie de envenenamientos que, de acuerdo con sus registros, ya habrían cobrado la vida de casi 30 animales.
En redes sociales, parte de la ciudadanía responsabilizó a las autoridades municipales, aunque el ayuntamiento rechazó cualquier participación en estos hechos. En su defensa, señaló que el problema responde a la sobrepoblación de perros callejeros y a reportes de ataques contra menores de edad. Además, recordó que en el pasado se habilitó un espacio para resguardar a los animales, pero este fue destruido por algunos habitantes, lo que –afirman– dificulta el control de la situación.
Organizaciones de protección animal y vecinos, sin embargo, cuestionan esa versión. Señalan que el supuesto refugio no cumplía con condiciones mínimas de bienestar y que se trataba apenas de un área cercada, sin techo ni infraestructura adecuada para el cuidado de los perros.
La polémica escaló al ámbito político. La diputada federal Irma Pineda Santiago, del Partido del Trabajo, exigió a la Fiscalía de Oaxaca abrir una investigación a fondo para esclarecer quiénes están detrás de los envenenamientos y garantizar justicia.