No pasa un día sin que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se jacte de haber logrado negociar para detener conflictos alrededor del mundo. Según el mandatario, su afán por buscar la paz ha encendido una nueva esperanza global: el fin de la guerra entre Israel y Palestina. “Ayer podríamos haber puesto fin a la más grande de las guerras”, expresó.
Su política de negociación, sin embargo, no se limita a conflictos bélicos. Estados Unidos acaba de pactar con Argentina. El presidente argentino Javier Milei firmó el lunes un decreto que autoriza el ingreso de tropas estadounidenses a la provincia de Tierra del Fuego, bajo el argumento de realizar entrenamientos conjuntos con las Fuerzas Armadas locales.
Pero no todo son acuerdos y conciliaciones. En California, una mujer que rechaza a las personas transgénero se desnudó durante una junta escolar para protestar contra la decisión del distrito de permitir a los estudiantes usar el vestuario según su identidad de género. El incidente interrumpió la sesión y la policía terminó desalojándola.
En contraste, hay naciones que se muestran abiertamente críticas frente a la política estadounidense. Corea del Norte, por ejemplo, aseguró a través de su ministro de Unificación que ya cuenta con el poder militar suficiente para atacar directamente a Estados Unidos.
Mientras tanto, en China, el influencer Tang Feiji, de 55 años, murió en plena transmisión en vivo al estrellarse el helicóptero casero que él mismo había construido.
Entre guerras armadas, disputas políticas y tragedias personales, el mundo sigue debatiéndose en escenarios que parecen oscilar entre la diplomacia y el azar.