De acuerdo con estimaciones, el impacto abarcaría más de 220 mil millones de dólares en importaciones farmacéuticas, lo que elevaría los costos y complicaría el acceso a medicinas esenciales. Aunque empresas como Novartis, Sanofi y Eli Lilly han invertido en plantas de producción en EE. UU. para blindarse ante políticas proteccionistas, especialistas advierten que estos esfuerzos no serían suficientes si la medida entrara en vigor.
Si bien algunos tratados comerciales, como los pactados con la Unión Europea, podrían reducir los aranceles a un 15 %, persiste la duda sobre si estas reglas prevalecerían frente a la propuesta. En cualquier escenario, los analistas coinciden en que el sistema de salud estadounidense podría enfrentar un caos financiero y logístico con consecuencias directas para los pacientes.