Y ahora, ¿qué le picó? El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, suele ser polémico, pero no precisamente por su amabilidad. Sin embargo, este jueves se levantó de buen humor y, vaya, que fue sorpresivo.
Tras sostener una reunión con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, las cámaras captaron un gesto inesperado de Trump hacia su homólogo turco.
Al momento de levantarse, Trump se acercó para retirarle la silla. Aunque puede parecer un gesto casual, el mundo no está acostumbrado a tanta cortesía de parte del mandatario estadounidense, por lo que su acción rápidamente se volvió viral.
La verdadera esencia de Trump es un poco más tajante y hostil, y hasta en los detalles se nota. El presidente decidió colocar imágenes de sus antecesores en la Casa Blanca, en un espacio al que bautizó como el “Paseo de la Fama Presidencial”. Todo luce elegante en la galería… hasta que llega el turno de Joe Biden. En lugar de su retrato oficial, aparece únicamente una firma hecha con un bolígrafo automático.
Este gesto no es casualidad: es la continuación de los ataques de Trump hacia Biden, a quien ha acusado de no saber lo que firmaba durante su mandato y de delegar la rúbrica de documentos clave a su equipo, valiéndose, según él, de un bolígrafo automático.
Pero pasando a temas más serios, México y Estados Unidos unieron fuerzas en un operativo en Ciudad Juárez, donde lograron detener a Alicia Méndez, alias “La Diabla”, una peligrosa traficante de órganos vinculada al Cártel Jalisco Nueva Generación. Según las investigaciones, la mujer atraía a mujeres vulnerables para someterlas a cesáreas forzadas, asesinarlas y extraerles los órganos. Los bebés, posteriormente, eran vendidos a compradores en Estados Unidos, dispuestos a pagar hasta 250 mil pesos por cada recién nacido.
También llegó la justicia en Francia, el expresidente frances Nicolas Sarkozy, fue condenado a cinco años de cárcel, luego de ser declarado culpable de conspiración criminal por sus negocios con Libia.
Y para cerrar con un respiro más ligero y romántico: en Moscú, un joven sorprendió a su novia con un gran gesto. Compró 8 mil rosas para escribir “Te quiero” justo debajo de su ventana. El acto desató comentarios divididos: mientras muchos celebraron la demostración de amor, otros aseguraron que semejante despliegue solo podía estar motivado por la culpa. ¿Una declaración romántica… o una disculpa disfrazada? Eso, nunca lo sabremos.