Tras ocho días del trágico accidente ocurrido en el kilómetro 127 de la carretera Campeche–Mérida, familias yucatecas acudieron este sábado al sitio para cumplir con la tradición de “recoger el alma” de sus seres queridos fallecidos.
Acompañados por la Guardia Nacional, entre rezos, lágrimas y veladoras, pidieron por el descanso eterno de las víctimas y para que sus espíritus encuentren la luz.
Con ofrendas y plegarias, los familiares expresaron su fe y esperanza de que las almas no queden vagando en el lugar del siniestro.
“Queremos que descansen en paz, que encuentren el camino de la luz y que este sitio no quede marcado por más dolor”, compartió una de las asistentes, en un acto de profunda devoción y consuelo colectivo.
