Skip to content

Con más de 400 evacuados, Ayuntamiento de Morelia revive el impacto de un sismo en el Simulacro Nacional 2025

En la capital michoacana, desde el patio central del Centro Administrativo de Morelia (CAM), el reloj marcaba las 12:00 del día cuando la alarma sísmica del Simulacro Nacional 2025 comenzó a sonar. En segundos, las puertas de los edificios se abrieron y la gente empezó a salir con paso apresurado pero firme. Primero fueron algunos trabajadores con chalecos de brigadistas, levantando la voz para guiar a sus compañeros. Después, un río de personas se fue uniendo, algunas con el semblante serio, otras volteando con curiosidad, pero todas dirigiéndose al mismo punto. El murmullo de las indicaciones y el golpeteo de los zapatos en el piso se mezclaban con la tensión que imponía la hipótesis de un sismo de magnitud 8.1.

La evacuación del edificio Norte atrajo de inmediato la atención: 130 personas llegaron en poco menos de cuatro minutos, pero también se escenificó el dramatismo de dos “lesionados”. A un hombre lo sacaron inconsciente y fue llevado en camilla rumbo a la ambulancia, mientras una mujer, Gabriela Cedeño, fue atendida en el área de concentración con lesiones menores. Al mismo tiempo, del edificio Poniente comenzaron a llegar grupos más numerosos, hasta completar 173, aunque alguien decidió no participar. Del Oriente, los 135 evacuados llegaron con calma, cerrando la salida de todos los inmuebles.

Mientras la multitud permanecía reunida en el patio principal, el recuerdo de los sismos que han marcado la historia de México se hizo presente, especialmente los de 1985 y 2017 en la Ciudad de México, que dejaron lecciones profundas sobre la importancia de la preparación y la prevención. Por eso, como recordó el jefe de Bomberos, Rodrigo Camacho, aunque los tiempos de respuesta fueron buenos, siempre se puede mejorar. Entre listas revisadas por brigadistas como Max Zamudio y Sofía Vilchis, y el murmullo de más de 400 personas que acababan de vivir el simulacro, quedó claro que la prevención no es un trámite: es la lección aprendida de tragedias pasadas y la preparación necesaria para el futuro.