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Madre buscadora exige certeza tras exhumación de su hija en Guanajuato

María Teresa Marmolejo, madre buscadora de Dulce Alejandra Marmolejo López, enfrenta una nueva pesadilla. Después de cinco años de haber sepultado a su hija, la Fiscalía de Guanajuato le informó que los restos entregados en 2020 podrían no corresponderle, por lo que ordenaron la exhumación para realizar nuevas pruebas genéticas.

Dulce Alejandra desapareció el 16 de julio de 2020, cuando hombres armados la privaron de la libertad junto con su pareja en el centro de Irapuato. Cuatro días después, autoridades notificaron a su madre que había sido localizada sin vida en una fosa de Apaseo el Grande, donde también hallaron al menos otros cuatro cuerpos desmembrados. Desde entonces, María Teresa creyó haberle dado sepultura.

Cinco años después, la incertidumbre resurgió. Con información de Milenio, la madre relató que ha entregado dos pruebas genéticas, pero ahora le solicitan una tercera, lo que prolonga aún más el resultado. “Yo le lloré, le recé, pensé que era mi hija… pero entonces, ¿a quién enterré? ¿Por qué hacen esto y me dejan con esta incertidumbre?”, expresó con desesperación. Ante la falta de respuestas, contempla regresar a las búsquedas en campo.

Su caso es acompañado por el colectivo “Hasta Encontrarte” y Amnistía Internacional, que señalan irregularidades en los procesos de identificación forense en el estado. Para la madre buscadora, el dolor se intensifica con cada retraso. “Ni la Fiscalía ni nadie me dice nada. Para mí es muy desesperante no saber dónde está mi hija”, declaró.

La incertidumbre se enmarca en un contexto de violencia que ha dejado decenas de cuerpos en fosas clandestinas de Guanajuato. En las últimas semanas, la Fiscalía confirmó la localización de 28 cuerpos en dos hallazgos: 17 en Guanajuato capital y 11 en Villagrán. De ellos, 20 ya fueron identificados, aunque colectivos denuncian que persiste la opacidad en la información oficial.