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Águila real, símbolo de nuestro escudo nacional, al borde de la extinción

El águila real es una ave rapaz que puede volar hasta a 200 kilómetros por hora, y elevarse por encima de las nubes. Ave sagrada en tiempos prehispánicos y representación del dios de la guerra, Huitzilopochtli, símbolo vivo de México.
Pero, a pesar del poder y fuerza que representa, en México se encuentra al borde de la extinción, con menos del 10 por ciento de parejas reproductivas que deberían existir para considerar una población estable.
Se encuentra en al menos 81 países de América, Europa, Asia y África. En el continente americano, habita desde Alaska hasta el centro del país –la región más sureña–, donde se encuentran la población más baja.
Este año, solo se registraron 184 parejas reproductivas en 20 estados del país, un 10 por ciento de las parejas que deberían existir en vida libre para considerar una población estable.
las principales amenazas para el águila real es el saqueo de sus nidos, así como la perturbación ocasionada por senderistas.
También la instalación de parques eólicos en las cercanías de sus zonas de reproducción, la minería que acaba con su hábitat, las torres de alta tensión que provocan la electrocución de ejemplares.
Además de la extracción ilegal para traficarlas, las águilas enfrentan problemas de intoxicación, algunas veces por envenenamiento directo o bien, secundario porque se envenena a otros depredadores; además de la cacería.
El especialista comentó que, “hace 60 años, comenzaron un plan muy a largo plazo de la recuperación de sus poblaciones, de tal manera que ya están reportando más de 10 mil parejas reproductivas de águila calva en Estados Unidos”.
El biólogo destacó que en 2010 se tenía un registro de 70 parejas de águila real, para 2013 la cifra ascendió a 81 parejas. En 2020, se contabilizaron 170, y este 2025 subió a 184 parejas reproductivas; no obstante, dijo que se requieren mayores esfuerzos de conservación de la especie.
Luis Felipe Lozano resaltó que es necesario proteger el hábitat del águila real, activar un plan de conservación cuando se detecten nidos en activo para reducir la perturbación, así como reducir las amenazas que enfrenta por cacería, electrocución, envenenamiento, y establecer un programa efectivo de rehabilitación, pero dentro de su hábitat y menos en zoológicos o centros de conservación.