Las autoridades de los centros penitenciarios incorporaron recientemente la práctica de yoga a su programa de actividades, atendiendo la solicitud de los propios internos interesados en mejorar su bienestar físico y emocional.
La clase está a cargo de un instructor, quien guía a los participantes en técnicas de respiración, estiramiento y concentración. Las sesiones buscan fortalecer no solo el cuerpo, sino también la salud mental de los internos, contribuyendo a su equilibrio emocional y calidad de vida dentro del centro.
Para facilitar la práctica, se realizó la donación de material especializado, incluyendo tapetes, pelotas para pilates, ligas, bandas de resistencia y aros, asegurando que cada interno cuente con los implementos necesarios para realizar los ejercicios de manera adecuada.
Autoridades penitenciarias explicaron que la iniciativa forma parte de los proyectos de reinserción social que se impulsan en los centros, con el objetivo de diversificar las actividades y fomentar hábitos saludables que apoyen la rehabilitación integral de la población privada de la libertad.
Agregaron que se planea dar seguimiento a la actividad y evaluar su impacto en el bienestar de los internos, con la posibilidad de ampliar la oferta de talleres y prácticas similares en los próximos meses.