La Conmebol tomó una decisión drástica tras los graves incidentes ocurridos el 20 de agosto en Avellaneda: Independiente quedó fuera de la Copa Sudamericana luego de que sus aficionados protagonizaran hechos de violencia contra la barra visitante de Universidad de Chile. El organismo sudamericano informó la sanción a través de un comunicado oficial, señalando además que el club argentino fue multado con 250 mil dólares y su rival chileno con 270 mil.
El partido, que había sido suspendido al minuto 48 por el árbitro Gustavo Tejera, dejó imágenes de caos en las tribunas y puso en evidencia serias fallas en la seguridad del estadio. A raíz de la resolución, Universidad de Chile, que llevaba ventaja en el marcador global, avanzó directamente a los cuartos de final, donde enfrentará a Alianza Lima. Sin embargo, la sanción también le afectó, ya que deberá disputar siete partidos a puerta cerrada en condición de local.
Independiente reaccionó con molestia al castigo, señalando que “ganaron los violentos” y lamentando que el fútbol quedara en segundo plano. Por su parte, el presidente del club chileno, Michael Clark, expresó satisfacción por la clasificación deportiva, aunque mostró preocupación por las restricciones impuestas. Ambas instituciones tienen derecho a apelar, pero Conmebol advirtió que nuevas reincidencias podrían acarrear sanciones aún más severas.