Ayer, las noticias alarmaron al mundo: Estados Unidos anunció que había atacado un barco que supuestamente provenía de Venezuela y transportaba drogas. Incluso difundieron un video del presunto ataque.
Aunque se esperaba un escándalo internacional, Venezuela no reaccionó de inmediato. Fue hasta hoy que el ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, denunció en su canal de Telegram que el video compartido por Trump fue generado con inteligencia artificial.
Y en otra parte del mundo lidian con problemas diferentes. Ucrania rechazó la propuesta de Rusia de llevar a cabo una reunión entre el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Al respecto, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andréi Sibiga, declaró que Vladimir Putin continúa jugando con todo el mundo, al hacer propuestas deliberadamente inaceptables.
Pese a la tensión mundial y a la negativa de Ucrania, el presidente ruso con un tono tranquilo, aseguró que su gobierno está dispuesto a elevar el nivel del equipo en las negociaciones con Ucrania.
“Si surge la necesidad para elevar el nivel de negociación, estamos listos para ello”, comentó.
Y en una desafortunada jugada de la tecnología en tierras asiáticas, un micrófono que no se apagó a tiempo grabó una inusual conversación entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping. Ambos mandatarios hablaron sobre la vida humana y la inmortalidad.
“Antes raramente la gente llegaba a los 70 años, pero hoy es como ser un niño. Con los trasplantes de forma continua, las personas pueden ser cada vez más jóvenes, e incluso alcanzar la inmortalidad”, comentaron.
Y también, desde China, el presidente ruso aseguró que Trump no carece de humor.
“Por extraño que parezca, durante estos cuatro días, nadie expresó jamás ningún comentario negativo respecto a las acciones de la Administración estadounidense”, destacó.
Y en Colombia, una escena dejó perplejo al mundo entero. La árbitra colombiana Vanessa Ceballos dirigía un partido de la Primera C cuando expulsó a un jugador. Bolívar, furioso, se levantó del banco, la encaró y le dio una cachetada.