Guillermo del Toro volvió a sorprender en el Festival de Venecia al presentar su versión de Frankenstein, una película donde explora lo más frágil y complejo de la condición humana. Durante la conferencia de prensa, el director mexicano lanzó una frase que dio la vuelta: aseguró que no teme a la inteligencia artificial, sino a la “estupidez natural”, mucho más común en nuestra sociedad.
El cineasta explicó que vivimos tiempos cargados de miedo y tensiones, y que el arte debe funcionar como un recordatorio de lo humano, con toda su vulnerabilidad. Aclaró que su cinta no pretende ser un comentario sobre la inteligencia artificial, sino una reflexión sobre la imperfección de las personas y la forma en que enfrentamos lo desconocido.
La respuesta del público lo dijo todo: su Frankenstein recibió una ovación de pie que se prolongó por trece minutos, confirmando que del Toro sigue siendo uno de los grandes narradores del cine mundial. Con su estilo, dejó claro que el verdadero monstruo no está en la tecnología, sino en los errores y debilidades de la naturaleza humana.