Como cada año, el 26 de agosto se celebra en todo el mundo el Día Internacional contra el Dengue, una enfermedad que se transmite por la picadura de mosquitos infectados, y que no se transmite entre personas.
La efeméride, busca generar consciencia entre la sociedad sobre el problema de salud pública en la que se ha convertido este mal, sobre todo, para las comunidades tropicales de México y el mundo.
Toda vez que varios estados de la República Mexicana forman parte de los países tropicales, en el Día Internacional del Dengue es propicio fomentar la reflexión y dar a conocer cómo se puede prevenir la enfermedad que se presenta principalmente en países de este tipo de clima.
En el país, de acuerdo con información de la Secretaría de Salud Federal, hasta el 25 de agosto de 2022, se tiene el registro 20 mil 705 probables casos y 135 defunciones.
En esta cifra se contempla a Yucatán con una víctima, sin embargo, solo ocho de estás muertes han sido confirmadas que fueron por dengue; 44 se encuentran en estudios y 88 fueron descartadas.
El virus que se destaca por fiebres altas, este año tiene mayor incidencia en Tabasco con 433 casos, Morelos con el 8.54% y Guerrero con 5.90%. Es seguido de Oaxaca y Chiapas
En Yucatán se ha registrado varios brotes de dengue en los últimos 30 años, destacando los brotes de 1984, 1997 y 2011 con más de 5000 casos, durante los que se han aislado los cuatro serotipos.
En la actualidad, indica Teresa Uribarren, investigadora del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina, la UNAM, el dengue representa un problema importante de salud pública en México.
Agrega que con los procedimientos de control de mosquito transmisor en la década de los años 60, México estuvo libre de dengue hasta 1978 cuando fue invadido nuevamente por este vector. Desde entonces la enfermedad presenta un patrón anual, con picos en los meses de lluvia.
Aunque se habla de distintas vacunas contra el dengue, la educación ambiental es la única forma eficaz de prevenirla mediante el control de las poblaciones de mosquitos transmisores. Esto debe ser informado a las comunidades para que sigan de manera puntual recomendaciones como:
Eliminar correctamente los desechos sólidos y líquidos, evitar que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevos, aplicar los tratamientos adecuados a los recipientes donde se almacene agua; cubrir, vaciar y limpiar periódicamente los recipientes donde se almacena agua para uso doméstico; limpiar las canaletas, bebederos de animales o lugares donde se almacena agua para otros usos.
Asimismo, recortar el césped, cambiar regularmente el agua de floreros y usar repelentes para las picaduras de mosquitos, así como ropa de manga larga, entre otras medidas de prevención.