La artista tradicional Victorina López teje huipiles donde muestra su amor por la naturaleza.
La maestra artesana Victorina López Hilario tiene la firme idea de que crear desde el amor a las formas y los colores que le regala naturaleza, es la manera en la que ha logrado que su trabajo como tejedora de huipiles sea reconocido por las instituciones y los consumidores de su arte original. Cuenta que desde que desde niña se admiraba de los colores que le daban los árboles, las plantas y los animales que podía ver en el pueblo de Piedra Pesada, ubicado en el municipio de Xochistlahuaca, en la Costa Chica de Guerrero, lo que la inspiró a usarlos en la tarea de tejer huipiles para su venta.
En su familia hacen huipiles para vender, desde sus tataratatarabuela; es tradición familiar que las niñas aprendan a tejer y se hagan sus propios huipiles. Victorina comenzó a la edad de 6 años, y a esa edad fue cuando se tejió su primer huipil. Una vez que logró dominar la técnica de tejido de huipiles y bordado de servilletas, la maestra Victorina, todavía siendo una niña, acudía a las comunidades de Acapulco, Chilpancingo y Ometepec a vender sus piezas, junto con las de otras mujeres de su familia e incluso vecinas.
Con el tiempo y con más confianza emigró a la ciudad de México para vender sus prendas, y consigo se llevó prendas de su madre, primas, tías y vecinas, la primera parada fue a un museo en dónde recibió una invitación para ir a la Escuela de Antropología. Esta venta y exhibición de prendas propias y de colegas a lo largo de los años la llevó a darse cuenta de la importancia de defender y preservar las técnicas y los diseños ancestrales.
La gente valora mucho más los diseños que hacían desde antes y con hilos naturales. Ahora teje con hilo de algodón natural, hilado a mano, con un algodón que ella siembra cada año, se siente contenta porque se encuentra trabajando y ve las personas valoran su trabajo. La maestra López Hilario cuenta con reconocimiento a nivel nacional por su excelencia en la manufactura de textiles en telar de cintura y experiencia en prendas de algodón coyuchi (‘del color del coyote’, color castaño), verde y blanco, así como el uso de tintes naturales.
Desde el año 1995, la artista tradicional promovió la fundación del grupo pionero “Flor de Canazúchitl”, una red de colaboración entre artistas textiles de la comunidad de Piedra Pesada, el cual además ha tenido un efecto multiplicador en la región, ya que hoy existe media docena de cooperativas, asociaciones u organizaciones similares. Victorina López Hilario obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2015 en la categoría Artes y Tradiciones Populares por la elaboración de un huipil con la iconografía amuzga. Desde hace más de dos décadas, la maestra artesana imparte el taller de telar de cintura en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete” del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Asimismo, ha obtenido apoyos del ahora Programa de Acciones Culturales Multilingües y Comunitarias (PACMYC), del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías y de la Universidad Autónoma Metropolitana, entre otras instancias, para la adquisición de materias primas, para la realización de cursos y talleres de tintes naturales, para la elaboración de hilos de algodón, diseños y nuevos productos; así como para el sostén de artesanas de la tercera edad. Ha impartido clase a las niñas de su comunidad, y dió clases gratis a todas las mujeres que querían aprender. Ella comenta que todo eso lo hace con mucho gusto, para la preservación de su tradición y cultura.