Luis Gerardo Méndez es reconocido por sus múltiples nominaciones, como por ejemplo en 2014 en los premios Ariel por su protagonismo en la película ‘Nosotros los nobles’. Además, de qué ganó popularidad al dar vida a Salvador Iglesias en la serie de Netflix, ‘Club de cuervos’.
En una entrevista con Roberto Martínez para su podcast, ‘Creativo’, el famoso se sinceró y reveló que, desde muy temprana edad se dio cuenta que la actuación era su escape de su complicada infancia. Sin embargo, su talento fue descubierto de una manera muy inesperada.
El famoso recuerda que de joven no tenía amigos, incluso considera su adolescencia como un infierno: “Mi adolescencia fue un infierno, eso sí me acuerdo. Cuando eres niño todo es diversión, pero en la secundaria no terminaba de pertenecer a ningún círculo. No tenía amigos, odiaba el recreo porque no tenía con quien platicar hasta que descubrí el taller de teatro”, contó.Sin duda el éxito que tuvo en la película ‘Nosotros los nobles’ le abrió las puertas a Luis Gerardo para poder participar en cualquier producción mexicana que deseará hacerlo y reveló que él ya no tenía que buscar los castings, sino que ellos lo buscaban, sin embargo, está situación cambió cuando se mudó a Estados Unidos. “Para mi trabajar en Estados Unidos fue algo muy difícil. Yo hice 200 audiciones en las que me dijeron: ‘No gracias o ni siquiera un call back’, antes de hacer ‘Murder Mystery’, cuando yo ya en México no hacía audición para nada, todo era una oferta”.
Debido al fracaso en sus audiciones Luis Gerardo buscó la manera de también ser reconocido en Estados Unidos, por lo que tomó un curso para tomar castings en donde descubrió que tenía problemas al momento de pronunciar algunas palabras en inglés.
La situación de hablar un idioma que no fuera su lengua materna desanimó un poco el actor mexicano, sin embargo, encontró la manera de vencer aquella desventaja frente a otros actores.
“Llegó un momento en el que dije: ‘Probablemente esto no es para mí’, hasta que fui a este curso en donde te enseñan a audicionar y me di cuenta que lo que estaba haciendo mal es que como mi inglés no es mi lengua materna, cuando había alguna palabra que no sabía cómo pronunciar, mi truco tonto era decir la palabra más bajito”.